jueves, 3 de diciembre de 2009

Curvas y bisectrices

Hace ya un par de semanas decidí cambiar mi ruta habitual para ir a trabajar. Estaba cansada de las largas colas de acceso a Barcelona por autopista. Con una periodicidad demasiado elevada se producían averías o accidentes que acababan convirtiendo un trayecto de 25 minutos en una larga procesión de una hora...Así que he empezado a utilizar un camino alternativo que supone atravesar Collserola por la carretera de la Arrabassada, empezar el día entre bosques hace que las cosas se vean con otra perspectiva. Además, esta ha sido la carretera que más veces he recorrido, más de 1.000 viajes para llegar a mi objetivo durante estos últimos años...
L'Arrabassada es una carretera llena de curvas tras cada una de las cuales puedes encontrar una sorpresa emocionante o acojonante (en alguna ocasión me he encontrado un jabalí despistado jugándose su vida y la mía), aunque las últimas son las menos, Deo gratias.
Hoy, vaya usted a saber porqué, quizá por el Diazepam que me han recetado para relajar mi maltrecha mandíbula, he vislumbrado muchas más historias tras esas curvas que ya forman parte de mi historia y de mis varias vidas...

Existe un punto de la carretera, justo después de la bifurcación hacia el Tibidado, en el que instalaron años ha un mirador. La vista desde la carretera sobre Barcelona es difícilmente superable... Se ve toda la ciudad, desde el castillo de Montjuic hasta las chimeneas de Sant Andreu: majestuosa Barcelona dormida a mis pies. A las horas a las que paso por la mañana (horas a las que me acostaba en otras vidas), empieza a amanacer; el cielo se maquilla de colores increibles que consiguen que mi espíritu se serene (léase sin ningún tipo de connotación religiosa).

Hoy además, al girar una curva, me he encontrado con la luna que se erguía magnífica. Apenas la he vislumbrado ya que debo mantener la vista, en la medida de lo posible, en la carretera, pero me ha parecido que era luna llena. Redonda, blanquísima, apenas oculta por una nube traslúcida. No sé que extraño mecanismo mental me ha llevado a recordar otras madrugadas, muchos años hace de ellas, en las que esa misma luna iluminaba mis locuras juveniles. Noches de fiesta descontroladas, música, alcohol, amigos y la sensación de estar en la cima del mundo, inmune a cualquier peligro. Saberse seguro de que tu vida es sólo tuya y vas a hacer con ella lo que quieras... ¿En qué momento te das cuenta de que no vas a conseguirlo? ¿En qué punto te resignas con lo que tienes y dejas de creer que tu vida va a ser lo que quieres y no lo que te encuentras? Eso me ha hecho recordar una canción de aquella época que no puedo dejar de postear:

http://www.youtube.com/watch?v=n7CuJ8cR9sg

Y ahora, a trabajar en mi aburrido trabajo de 08:00 a 15:00, y las tardes desde casa. Y a pensar en la lista de la compra y en las visitas a los médicos y en todas esas cosas que se aferran a tu día a día y van recortando, poquito a poco tus sueños...
.
.

2 comentarios:

Torrado dijo...

conocí esta canción de mano de rafa arboleda en las madrugadas de radio...

sólo una cosa... UNA VIDA... mal andamos si hemos perdido la fe para dar ese golpe de timón que nos salve del calvario (o la mediocridad que se entremezclan como hermanos)

Susana dijo...

Mi título es el nombre e una canción? No sabía que me lo habían copiado :)
Tendré que escucharla, pues...

SUS...PIRO

Tanto aire exhalado sin sentido... intentaré hacer algo productivo con él y convertirlo en palabras.